Entre
el 17 y el 31 de julio la
Galería About-Art exhibe una muestra de obras del creador
Manolo Dimas. Como suele ser habitual en las exposiciones del artista y
profesor en la pontevedresa Facultade de Belas Artes, sus muestras componen un
canto a la pintura, una exaltación de las virtudes de esta disciplina a partir
de un singular manejo del dibujo y del
color, capaces ambos de provocar sensualidad y alegría, como componentes
siempre esenciales a la hora de transmitir sensaciones desde la obra de arte hacia
el espectador.
Es
capaz Manolo Dimas de componer con su trazo ágil y desenfadado unas obras
llenas de ligereza que conectan muy fácilmente con el espectador. La selección
de trabajos recientes, que se expondrán en la Galería About-Art ,
en la pontevedresa calle Pasantería, hasta final de mes, insisten en esa idea
ya habitual en este artista que siempre consigue una especie de pintura de la
felicidad. Una explosión de color que se enhebra de manera fascinante con la
figuración, con esos perfiles, casi siempre femeninos, que por sí mismos
rezuman una sensualidad magnificada por una aplicación del color que desde hace
un tiempo estalla en el fondo del cuadro para impregnar toda la superficie con
una fiesta de manchas que vuelve a situarnos a Manolo Dimas como el gran
artista fauve español. Una bandera que lleva enarbolando desde su participación
madrileña en los tiempos de la movida, y que precisamente durante este verano
se está revisando en una exposición colectiva
de nombre ‘El papel en la movida’ en la que él mismo participa en el
madrileño Museo ABC de Dibujo e Ilustración.
El
tiempo ha permitido a Manolo Dimas aligerar aquella composición ochentera
inicial para hacer sus obras más livianas, un objeto más de disfrute para un
espectador casi siempre embelesado por esa orquestación de color y línea tan
precisa, aunque aparentemente semeje casual y azarosa. Pero esto es lo que
logran alcanzar los buenos creadores, esa conjunción de lo que se entiende
sencillo con unos componentes que nunca son fáciles de aplicar. No se sentirán
defraudados al recorrer esta muestra, al situarse ante esas figuras que semejan
ajenas a lo que sucede a su exterior, absortas en su ocupación, ya sea lectura,
creación o descanso... todas ellas se presentan ante nosotros con una belleza
que sí trasciende a la superficie de trabajo. Allí donde decíamos que línea y
color debaten sobre sus conquistas, pero donde también Manolo Dimas inserta esa
visión moderna de la pintura, que capta lo intrascendente, que convierte un
instante en apariencia fugaz y sin capacidad de permanencia en la historia en
un momento eterno. Una visión icónica y no exenta de ese aire pop que tanto
gusta de adaptar el autor a sus obras.
Quizás cuando salgan de verla les suceda lo que me ocurre a mí cuando veo
alguna de sus obras, y es que me siento mejor, con una especie de felicidad
interna acrecentada por ese cariz terapéutico que tiene cierta pintura y ésta
lo tiene. Una explosión de colores que te impregna y hasta pareces formar parte
de ese ecosistema de personajes que transmiten calma, lujo y voluptuosidad,
máximas por otra parte de aquel otro gran pintor, no tan alejado de lo que nos
ocupa: Henri Matisse.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra 21/07/2013
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