domingo, 10 de agosto de 2014

Como decíamos ayer...

Ficha:
Toros de las Ganaderías de Carmen Lorenzo, San Mateo y San Pelayo. Bien presentados y ofreciendo excelente juego.
Andy Cartagena. Rejón y descabello (silencio), Rejón y descabello (dos orejas).
Diego Ventura. Rejón fulminante (dos orejas); Rejón fulminante (dos orejas y fuerte petición de rabo).
João Moura Jr. Medió rejón y rejón, dos descabellos (silencio); Doble rejón (una oreja).
Tercer festejo de la Feria de A Peregrina 2014 con casi tres cuartos de entrada.


Tras cinco años de ausencia de su cátedra universitaria en Salamanca, Fray Luis de León al volver y reiniciar sus clases lo hizo con el ya famoso «Como decíamos ayer...». Aquí no han pasado cinco años, sino que ha sido solo un año desde que Diego Ventura y sus monturas dejaron sus huellas por nuestra ciudad y como decíamos aquel día, ayer, el número uno mandó parar y todos detrás de él.
Es asistir a su rejoneo y comprabar como la distancia del lisboeta es abismal sobre resto del escalafón, solo Pablo Hermoso de Mendoza podría discutirle la primacía, pero ayer no estaba Pablo Hermoso, sino que estaban Andy Cartagena, con mala suerte en el primero y muy voluntarioso en su segundo, y João Moura Jr., quien, pese a su empeño, todavía le queda mucho, muchísimo por trabajar en el mundo del rejoneo.
Y es que Diego Ventura es quizás en estos momentos en todo el orbe la única persona que es incapaz de salir caminando de una plaza de toros. Sus participaciones se cuentan de cuatro en cuatro orejas, cuando lidia con dos enemigos, a sumar orejas con cada toro que se le ponga por delante, y en no pocas ocasiones con un rabo  también entre las manos. La de ayer fue una tarde para ello, pero el presidente, con buen criterio, desoyó la petición masiva que el numeroso público asistente hacía sobre ese trofeo tras una rotunda faena a su segundo, pero en el que falló con los rejones de salida, y de conceder el rabo el presidente hubiera errado.
Si en su primer toro ya estuvo bien, colocando bien las suertes, con ajustados lances y cruzando la montura entre el toro y las tablas, lo del segundo fue espectacular al poner la plaza boca abajo ayudado con esos magníficos caballos que monta y de los que se podría hablar desde su obediencia y capacidad para hacer cosas que otros caballos no podrán realizar en toda su vida. Uno tras otro iba intercambiando sus monturas al tiempo que entendíamos porque es diferente el rejoneo de Diego Ventura sobre el del resto, vimos como aguantaba a su enemigo en el pecho del caballo mientras los demás siempre lo llevaban a la cola y como siempre cada caballo ofrecía algo más, incluso esos discutibles mordiscos que ‘Morante’ acostumbra a dar a los toros y que no hacen mucho por mantener el respeto que merece el astado. Pero ante esas bocanadas que parecían salidas del Guernica de Picasso el público enloqueció y Diego Ventura tenía todo de su parte para montar otro de sus líos habituales. Y lo hizo con otra de sus cualidades distintivas, como es la de matar el toro a las primeras de cambio. El flamear de pañuelos fue en aumento hasta pedirse el ya citado rabo que el presidente, ya muy generoso en las primeras dos orejas, denegó.
Estuvo bien Andy Cartagena, en sus dos faenas, la primera se fue al traste al tardar en morir el toro y en la segunda, más acertado con el rejón de muerte, se volcó en una faena más intensa y en la que estuvo muy a gusto, para salir así a hombros por la puerta grande de Pontevedra junto a Diego Ventura. Justo como hace un año, tal y como decíamos ayer...

Publicado en Diario de Pontevedra10/08/2014
Fotografía: Rafa Fariña

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