Son estos
primeros días de septiembre días de regresos, de retornos de vacaciones
encerradas en los viajes a lugares de lo más inverosímiles. Es por ello que
quizás tras esa vuelta al hogar sea un buen momento para continuar viajando y
hacerlo de la mano de una obra que no dejará indiferente al lector. Es la
última apuesta del escritor portugués Gonçalo M. Tavares, autor de una sólida
trayectoria muy reconocida y bendecida incluso por el mismísimo premio Nobel
José Saramago.
En este
monumental cuaderno de viajes se nos cuenta la historia de Bloom, un hombre que
huye de Lisboa tras cometer un crimen al tiempo que ansía encontrar una serie
de respuestas a su situación vital en esa geografía tan singular como es la
India. Pero las respuestas irán, como en nuestras propias vidas, surgiendo
a medida que recorre ese camino, en el que visita ciudades como Londres, París,
Viena o Praga, y donde, a través de las diferentes culturas y los personajes
con los que entabla numerosas conversaciones, se irá analizando así mismo, todo
como una excusa para intentar escrutar el comportamiento del ser humano. Una
novela, por lo tanto, donde lo importante sucede en el itinerario, ni al
principio ni al final, y en la que todo confluye en su deambulatorio, en ese
caminar lleno de sobresaltos y visiones de una realidad y un mundo al que solo
acercándose a ambos se tiene verdadera consciencia de ellos.
Es muy
acertada la similitud planteada entre esta obra y la ‘Odisea’, ya que Bloom
actúa como un Ulises contemporáneo, navegando por las aguas de la insidia, el
dolor, la venganza, la muerte, el conocimiento, la sabiduría, la sorpresa, el
amor o la felicidad... solo por citar algunas de las estaciones fundamentales
en las vidas de cada uno de nosotros. Toda una epopeya literaria que adquiere
una condición de eternidad al escribirse no en la habitual prosa sino
versificada, de manera muy libre, pero que nos sugiere su íntima ligazón con la
narrativa clásica, llevándonos directamente a los antiguos géneros de los que
han ido bebiendo las sucesivas generaciones de escritores y las más diversas
literaturas para crear, sobre todo, su andamiaje particular.
Una novela que emerge como una arriesgada apuesta
realizada por un autor que ha entrado en una madurez total, lo que le permite
afrontar un reto mayúsculo como el aquí planteado, y que consigue, mediante esa
forma y el manejo de un brillante lenguaje, el que el lector se haga
constantemente preguntas sobre su propia vida y su viaje personal sobre la
tierra. Y como toda obra ejemplar, parida con la visión de permanencia necesita
de la fantasía y el humor como aderezos finales para redondear este recorrido
vital y literario surgido desde el interior del ser humano.
Publicado en El Progreso y Diario de Pontevedra 7/09/2014
Ningún comentario:
Publicar un comentario