El poeta recién galardonado con el Premio Cervantes tiene también su conexión con nuestra ciudad. Como tantas y tantas veces, el gran embajador pontevedrés, el inolvidable (aunque por muchos lo parezca) doctor José Luis Barros Malvar fue el culpable de que el jerezano cambiase el Mediterráneo por las aguas Atlánticas. Una de sus pasiones, la náutica, tuvo en la ría de Pontevedra el marco de sus andanzas durante sus visitas a la zona de Udra, en Bueu, en la que el cirujano tenía su residencia, un lugar en el que muchos de los grandes nombres de la cultura del pasado siglo en España tuvieron un rincón seguro para el refugio y la ‘curación’. «Mi sanador mi compañero el más republicano de los perdedores el ilustrado disidente de los foros políticos que culminaban en etílicos...», así se refiere el poeta a su cómplice pontevedrés en el que él mismo ha dicho será su última obra, ‘Entreguerras’, un libro en verso que repasa su vida y del que el doctor Barros Malvar no podía estar ausente. Como tampoco lo estuvo en su libro de memorias ‘La novela de la memoria’, editada recientemente por Seix Barral, y en la que queda clara esa íntima unión en tiempos oscuros por las calles de Madrid, entre artistas y gitanos, en desafío permanente a un ambiente donde cierta intelectualidad debía moverse a escondidas, sofocando sus pasiones entre fandangos, faldas y licores, era la “España zaragatera y triste, de cerrado y sacristía” de la que habla el poeta en ese imprescindible ejercicio memorialístico.
Del mismo modo, en el ‘Libro de los Amigos de José Luis Barros’, Caballero Bonald certifica los treinta y cinco años de experiencias comunes: “Hemos andado juntos por París, por La Habana , por Mallorca, por sus tierras de Pontevedra y Bueu y por las mías de Jerez y Sanlúcar.” Experiencias que, para esta ciudad, tuvo en una noche del mes de marzo de 1973 una de sus más curiosas citas mezclando cultura y amistad sobre las tablas del Teatro Malvar.
No se caracteriza nuestra ciudad precisamente por ser un gran foco flamenco, ni se sabe de una tradición interesada por este género musical, pero el 17 de marzo de 1973, José Manuel Caballero Bonald, acompañado nada más y nada menos por el bailarín Antonio Gades, participó en una velada organizada por el Liceo Casino, del que era presidente otro inolvidable pontevedrés, el constructor José Malvar, primo del doctor Barros, junto al que, a buen seguro, planificó esa actuación. En ella, Caballero Bonald, también profundo experto en el cante flamenco, impartió una conferencia ‘Introducción al baile español y al flamenco’, palabras que el famoso bailarín escenificaba.
En el día del reconocimiento el premiado habrá navegado por su vida, pensando en todo lo escrito y lo vivido, ya que todo ello es el motivo de esta recompensa largo tiempo esperada, por los más que sobrados merecimientos del que sin duda es el mejor poeta español. Entre ese recuerdo las aguas de esta ría nuestra habrán agitado la presencia del médico y embajador pontevedrés, el sanador que, bajo su elegante capa, habrá brindado por el poeta.
Publicado en Diario de Pontevedra 30/11/2012
Fotografía Camilo Gómez/Archivo Diario de Pontevedra
Antonio Gades, José Manuel Caballero Bonald y el constructor José Malvar en el Teatro Malvar de Pontevedra
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