[Ramonismo. 3]
En esa lágrima Nélida Piñón contiene una vida que se agota desde la emoción y la escritura
En esa lágrima Nélida Piñón contiene una vida que se agota desde la emoción y la escritura
UN
DIARIO luminoso, íntimo y singular de una de las escritoras más
importantes de la literatura latinoamericana». De esta manera se
presenta en la contraportada de ‘Una furtiva lágrima’
(Alfaguara) a la escritora Nélida Piñón (Río de Janeiro, 1937),
un limitado elogio incapaz de reflejar la importancia de esta enorme
escritora con profundas raíces en Galicia, y en concreto en Borela,
Cotobade.
El
hermoso título de este libro es toda una metafórica declaración de
intenciones de su contenido. Una lágrima ante un final que
inevitablemente se acerca, «vivo en vísperas de la despedida o de
la capitulación final», escribe la autora. Una lágrima también
luminosa en la que se contiene una vida exprimida al máximo, desde
el contacto con diferentes personas de su círculo íntimo o
personalidades de la cultura y la sociedad de las últimas décadas.
Y es que este texto, o compilación de textos, es más que un diario,
es un conjunto de anotaciones alrededor de una serie de experiencias
que han ido alimentando a la autora de ‘La república de los
sueños’. Y digo alimentando porque en todo el libro hay mucho de
eso, de la vida como alimento, de sabores que se se han ido
adentrando en el interior de Nélida Piñón para, desde la memoria,
los viajes, los paisajes, la religión o esa dualidad Galicia/Brasil,
conformar a una persona inmensamente agradecida con la vida.
«Narrar
es una prueba de amor», escribe en una de las primera páginas, y es
que ese hecho narrativo es el que justifica toda su larga peripecia
literaria, que la ha hecho merecedora de galardones coronados en 2005
con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Como importante es
también su papel como mujer dentro de las letras al ser la primera
en presidir la Academia Brasileña de las Letras, profesora invitada
y doctora Honoris Causa en numerosas universidades del mundo. Esa
condición de mujer inevitablemente está muy presente, no sólo a lo
largo de su obra, sino también en este libro, mostrando a la mujer a
lo largo de la historia, en diferentes contextos y ante esa
culpabilización de tantas cosas como la historia machista se ha
encargado de acusar.
Un
libro en el que el gran protagonista es el tiempo. El tiempo vivido y
el tiempo que nos resta. «Somos víctimas del tiempo que nos
acecha», apunta Nélida Piñón en uno de los capítulos en el que
ese tiempo se muestra como un tesoro que no solemos apreciar. Ese
tiempo y el continuo deterioro de nuestros cuerpos es el que está
llevando a la autora a perder la vista, a una progresiva pérdida de
visión que cada vez más limita sus lecturas y su escritura.
Esa
lágrima que parece recorrer todo el libro contiene también su
intensa mirada hacia la cultura, hacia lo que le ha aportado a lo
largo de este tiempo (¡qué hermoso su texto sobre el wéstern!),
también hacia la escritura como el «salvoconducto con el que
circular por el laberinto humano», pero sobre todo, su mirada hacia
sus raíces, hacia ese paisaje físico y humano de Borela que ya se
había volcado en su ‘Libro de horas’, pero que aquí toma de
nuevo protagonismo como una de las patrias de esta «mujer,
brasileña, escritora, cosmopolita, aldeana, un ser de todas partes,
de todos los puertos», tal y como ella se define. Y es que ahí está
siempre Borela, alojada en ese inagotable baúl de la memoria en que
se convierte ese rincón de Cotobade. Y ese cofre necesario, oxígeno
puro, se abre de manera intermitente, entre comentarios sobre su
oficio, viajes, sueños, el rostro de Dios, su Vila Isabel natal o el
determinismo, estaciones de paso de una mujer capaz de escribir esta
frase estremecedora leída desde aquí: «El eco del corazón gallego
me confirmaba que el mundo era narrable». Como estremece ese final
donde, tras tanto vivido, la muerte de un perro, de un fiel
compañero, es lo realmente importante, hasta el punto de dedicarle
un libro donde todo es vida.
Publicado en La Revista. Diario de Pontevedra 23/11/2019
Fotografía. Nélida Piñón en la presentación en Madrid de 'Una furtiva lágrima'. (Zipi/Efe)