Domingo.
Un día perfecto para ir al cine, y en este caso para que el cine venga a
nosotros. Las redes están repletas de ofertas de calidad durante estos días de
confinamiento para poder visitar y revisitar títulos de la historia del cine
que sería muy complicado poder ver en circunstancias diferentes a las que
vivimos. Una de las más interesantes es la propuesta realizada por la Filmoteca
Nacional para poder ver películas de nuestro cine que han sido recuperadas de
la que se pensaba una desaparición definitiva, y que posteriormente han sido
objeto de un proceso de restauración.
A través de twitter podemos acceder a
Filmoteca Nacional y una vez allí en #Doréencasa «accedemos» al mítico cine
madrileño en el que esta institución realiza sus programaciones. Estas
películas se ofrecen durante tres días, de manera completamente gratuita, para
que así podamos citarnos con títulos que son parte de nuestra historia
cinematográfica. En estos momentos nos encontramos con la quinta de las propuestas
realizadas desde la Filmoteca Nacional, tras ‘90 minutos’ (1949) de Antonio del
Amo, ‘Doña Francisquita’ (1934) de Hans Behrendt, ‘Vaya luna de miel’ (1980) de
Jess Franco y ‘Lejos de la ciudad’ (1970) de Jacinto Esteva, hasta mañana, a
las doce del mediodía. será el turno de ‘Café de París’ (1942), de Edgar
Neville.
Una de las películas menos conocidas del brillante director madrileño, más conocido por títulos como ‘La vida en un hilo’ o ‘La torre de los siete jorobados’, películas de un enorme interés para el cine español, en las que se produce una inteligente mezcla entre el casticismo madrileño que se hunde en lo popular y las claves narrativas y visuales procedentes del cine de Hollywood, que el director conocía bien por haber trabajado allí años antes. ‘Café de París’ es uno de esos milagros que logran los historiadores y la propia Filmoteca Nacional, ya que se consideraba una película perdida en la cinematografía de Edgar Neville, por lo que la aparición de las dos partes en que estaba dividida la película, una en la Filmoteca de Zaragoza y otra en la propia Filmoteca Nacional, ha venido a recuperar una película llena de valores e importante a la hora de conocer la evolución del cine de quien también fuera diplomático, escritor, pintor, íntimo de Charles Chaplin y hasta integrante de la selección española de Hockey sobre hielo. Un curioso personaje en aquel Madrid del primer franquismo en el que Edgar Neville sobrevivía con un amor por la vida, un bon vivant que hizo de su cine uno de los más singulares de los años posteriores a la Guerra Civil. Ver ‘Café de París’ nos lleva a una comedia de ingeniosos diálogos propios de La Codorniz, de la que también formó parte Neville, también a un excelente trabajo de actores encabezados por Conchita Montes, en una historia de final feliz e ironías del destino.
Una de las películas menos conocidas del brillante director madrileño, más conocido por títulos como ‘La vida en un hilo’ o ‘La torre de los siete jorobados’, películas de un enorme interés para el cine español, en las que se produce una inteligente mezcla entre el casticismo madrileño que se hunde en lo popular y las claves narrativas y visuales procedentes del cine de Hollywood, que el director conocía bien por haber trabajado allí años antes. ‘Café de París’ es uno de esos milagros que logran los historiadores y la propia Filmoteca Nacional, ya que se consideraba una película perdida en la cinematografía de Edgar Neville, por lo que la aparición de las dos partes en que estaba dividida la película, una en la Filmoteca de Zaragoza y otra en la propia Filmoteca Nacional, ha venido a recuperar una película llena de valores e importante a la hora de conocer la evolución del cine de quien también fuera diplomático, escritor, pintor, íntimo de Charles Chaplin y hasta integrante de la selección española de Hockey sobre hielo. Un curioso personaje en aquel Madrid del primer franquismo en el que Edgar Neville sobrevivía con un amor por la vida, un bon vivant que hizo de su cine uno de los más singulares de los años posteriores a la Guerra Civil. Ver ‘Café de París’ nos lleva a una comedia de ingeniosos diálogos propios de La Codorniz, de la que también formó parte Neville, también a un excelente trabajo de actores encabezados por Conchita Montes, en una historia de final feliz e ironías del destino.
Publicado en Diario de Pontevedra 29/03/2020
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