El gran estreno de esta semana llega a la cartelera pontevedresa, esta
vez sí, firme y sólida, tras los caprichos navideños, y espoleada por el efecto
de las candidaturas de los Oscar. Entre ellas suele haber un nombre fijo cada
vez que realiza una película, un nombre a través del cual se puede resumir gran
parte del cine americano de los últimos cuarenta años. Un veterano lobo
solitario cada vez más joven y audaz en sus propuestas: Martin Scorsese.
‘El lobo de Wall Street’ nos deja el retrato, no solo de un personaje,
magistralmente interpretado por el gran favorito a hacerse con el Oscar,
Leonardo DiCaprio, sino que plantea el retrato de toda una época, y de un
sistema económico especulativo que derivó en uno de los terremotos económicos
más importantes de la historia y gérmen de muchas de las miserias que vivimos
hoy en este mundo globalizado. El aleteo de un bróker en Wall Street puede
provocar una ciclogénesis explosiva en cualquier lugar del mundo.
Ese bróker aquí se llama Jordan Belfort, un ser sin escrúpulos, condición
esencial para hacerse millonario, con una inagotable adicción a las más
variadas drogas, pero entre las que él mismo destaca una: el dinero. Todo va a
justificar esa perversión monetaria y a partir de esa base Martin Scorsese nos
ofrece una lección más de su cine, es decir, del mejor cine americano. Tres
horas que pasan en un suspiro gracias a sus virtudes visuales de confección de
planos y un montaje que nos remiten a otro de sus títulos emblemáticos,
‘Casino’. Aquí aquellos dados rojos lanzados al aire se vuelven acciones
arrojadas entre tiburones, seres que dinamitaron con sus actuaciones todo un
endeble sistema económico que fue el mismo que los amamantó en sus pechos.
Ahora son los lobos los que salen a cazar.
Publicado en Diario de Pontevedra 17/01/2014
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