[Ramonismo 4]
Quique González
y Luis García Montero renuevan su mítica colaboración en ‘Aunque
tú no lo sepas’ con un emocionante disco
UNA HABITACIÓN, un
poemario, y un encargo. Así fue como Quique González con
‘Habitaciones separadas’ en sus manos y el encargo de Enrique
Urquijo para que compusiera una canción para él, se adentró ya
para siempre en la obra de Luis García Montero, y no sólo en la
obra, sino en la persona con la que establecería una de esas
alianzas inmarchitables a lo largo de la vida.
De aquella habitación
salieron dos canciones, pero la adaptación del poema ‘Aunque tú
no lo sepas’ fue la que sabiamente eligió el inolvidable Enrique
Urquijo, convirtiéndola en una de las más emocionantes
integraciones de palabra y música en nuestro país. Una canción que
Quique González siguió convirtiendo a través de su voz en una
emoción permanente y la evidencia de que hay poemas que con una
buena melodía a su lado estallan en infinitas posibilidades.
Hace unas semanas esa
alianza entre músico y poeta renovó sus votos y, tras cinco años
de trabajo, Quique González y Luis García Montero pusieron en
nuestras manos diez poemas convertidos en canciones, diez estaciones
de paso para entender el milagro de la palabra, de ‘Las palabras
vividas’, que es como se llama este disco pulcramente editado por
Varsovia records. Y es que en la palabra es en donde se sustenta
todo, la vida, la imaginación, la amistad, el amor, la creación, en
definitiva, las «palabras verdaderas», esas que necesitamos para el
día a día del ser humano y que el propio poeta reclama en su último
libro editado por Alfaguara, ‘Las palabras rotas’, (¡Lean, por
favor, este libro tan necesario hoy!). De nuevo las palabras y las
señales que esas palabras nos emiten en estos tiempos de confusiones
y miedos. Con la poesía, como esa forma de resistencia ya proclamada
en varias ocasiones por Luis García Montero, a partir de ella
podemos reciclar todas esas palabras que esta sociedad ha ido
orillando del que debería ser su centro, nosotros, depositándolas
en lo marginal, en aquello que se desprecia. Todo ese libro es un
canto a la palabra, a la verdad y a la dignidad de la poesía frente
a la inmundicia en la que estamos cada vez más enfangados.
Y precisamente con
cantos son con los que Quique González es capaz de apaciguar
nuestras almas, de hacer de esas palabras vividas un cántico de
emociones, de voces rasgadas en las que se sutura la vida y las
historias, aquellas que ofrenda el poeta de manera limpia y clara,
sin distracciones ni extravagancias del lenguaje. Así es como
canciones como ‘La nave de los locos’, ‘Bienvenida’, ‘El
pasajero’, ‘Las nuevas palabras’ o ‘Todo se acaba’, son
tránsitos por lo vivido, itinerarios de miradas, pieles y memorias
que fundamentan el arte de sobrevivir y que revitalizan aquel ‘Aunque
tú no lo sepas’ como dignas sucesoras.
Cómplicidades,
admiraciones cruzadas, urbanidades solitarias y resistencias varias
unen a Quique González y Luis García Montero en este carrusel bajo
la niebla movido por la palabra, esa misma que genera paisajes de
ciudades y noches bajo la luna, corazones a la vuelta de la esquina,
almas tristes y botellas que esconden el mar. Libertades en plazas
por las que aquí se brinda como exaltación de una existencia que
este caótico escenario en que se está convirtiendo nuestra sociedad
quiere anular en beneficio de una uniformidad que nos acosa cada vez
en mayor manera.
Ante
ese ruido escuchar estas palabras, acompañadas de la música y la
voz de Quique González, propicia un acto íntimo de conocimiento y
análisis de uno mismo. La posibilidad de sentirse en el interior de
cada una de esas historias que Luis García Montero pensó desde el
principio como letras de canciones y no como poesías al uso. Una
línea difusa por donde moverse el lector o quien escuche lo que
podrían ser diferentes bandas sonoras de nuestras vidas.
Deambulatorios en los que ante tantas sombras la palabra emerge con
un fulgor cada vez más preciso para hacerse verdad. Como verdad fue
la que surgió en aquella habitación y a la que todavía hoy nos
asomamos para entender lo que fuimos, pero, sobre todo, para saber lo
que somos.
Publicado en Revista. Diario de Pontevedra. 30/12/2019
Foto. Víctor Sainz/El País
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