domingo, 18 de marzo de 2012

Rosa


Al tiempo que nuestras camelias, muchas de ellas de un febril rosa, explotan turgentemente anunciando la llegada de la primavera, este diario presenta una promoción en la que se recuperan aquellos dibujos donde la sonrisa se teñía de rosa bajo la inteligente y sofisticada figura de ‘La pantera rosa’. Con sus sinuosos movimientos, y tras la intrigante y pegadiza sintonía de Henry Mancini, nos encandiló a muchos, y, pese a su silencio (que ahora valdría un Oscar), asistimos embobados a sus peripecias en unos hipnóticos capítulos que ya son parte de nuestro imaginario personal y colectivo. Contemplar la vida color de rosa hoy en día ya solo parece ser cosa de dibujos animados, pero a uno, la verdad, es que le gustaría ver a esa vacilona pantera pululando por el mundo, contagiándole su inocencia y convirtiéndolo en parte de sus travesuras. Impagable sería verla sobre un andamio pintando de rosa la triste fachada de hormigón de Pasarón, quizás así la risa llegase hasta un escenario en permanente depresión; tampoco estaría mal que se diese una vuelta por Siria y le pintase la cara al sátrapa, para vergüenza de los líderes mundiales; o que participase en alguna de esas reuniones económicas donde sus protagonistas se agarran el cuello como en un cómic de policías y ladrones. Por desgracia, sus poderes rosas solo existen en la pantalla y en la imaginación de este fan.

Publicado en Diario de Pontevedra 17/03/2012 

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