En una de las escenas más hermosas de una película repleta de belleza como es ‘El cartero de Pablo Neruda’, el poeta le descubre a su singular cartero que éste acaba de crear una metáfora al describir cómo se siente tras escuchar una de sus poesías: «como una barca sacudida por sus palabras». Aquel cartero le llevaba al chileno sobres repletos de palabras, espumas y metáforas, en la dignificación de uno de los mayores inventos de nuestra civilización: el sobre. Gracias a él latían los enamorados, llegaban las noticias de vida y muerte durante las guerras, se salvaban los océanos entre hijos y sus madres, y todo, gracias a esos sobres arrinconados hoy por nuestras frías tecnologías. Pero las metáforas también se envilecen, más si es el dinero quien las compone. Esta semana el cartero se volvió tesorero para dejar un rastro de devastación en las filas del PP y el Gobierno. Su cúpula se cobija ahora, bajo un gran sobre, de la tormenta que está cayendo, pero agua y papel son mala pareja, y todo apunta a que ese sobre y su contenido se convertirán en un gurruño que acabará en cualquier papelera. Quizás sea esta la última misiva de un país internado en la UCI de la democracia, que además ve como incluso el necesario sello, con la imagen de su rey, también aparece desteñido por la falta de metáforas o quizás por la abundancia de ellas.
Publicado Diario de Pontevedra 2/02/2013
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