España está a
punto de dar un paso decisivo
en acabar con
algo que nos sigue corroyendo
Cautivo y desarmado el
General Franco se resiste a rendirse, y con él los suyos, los que
aún defienden su legado, los que corren a sus pies para honrar sus
restos mortales, algo que ha sucedido este fin de semana en el
Valle de los Caídos. Porque el Valle de los Caídos es eso, un
monumento para honrar al franquismo y sus cuarenta años de dictadura
y, mientras siga manteniendo ese significado, España continuará
teniendo en su interior una bomba de relojería, un nauseabundo culto
hacia quien debería solamente ser llorado por sus familiares.
Ningún gobierno se ha
atrevido a meter ahí la mano y a hacer de la Memoria Histórica una
iniciativa de dignidad nacional. Ni socialistas ni populares han dado
el firme paso de hacer de España un lugar donde se respire mejor.
Ahora parece que Pedro Sánchez ha dado orden de que los restos del
caudillo deben ser devueltos a sus familiares, también que los
familiares de los que tienen a los suyos tirados por las cunetas de
media España puedan recuperar sus restos con el apoyo de la
Administración y no en base a la iniciativa de diferentes
Asociaciones, se anularán las sentencias dictadas por los tribunales
de excepción franquistas, se retirará toda simbología de
exaltación de la Guerra Civil, se cambiará la función del Valle de
los Caídos y se ilegalizarán asociaciones que hagan apología del
franquismo como la Fundación Francisco Franco, todavía receptora de
ayudas públicas.
Sí señoras y señores,
un 18 de julio de 2018, casi cuarenta y tres años después de la
muerte de Franco, seguimos dándole vueltas a este asunto que en
otros países estaría más que solucionado, con los restos de las
víctimas de esa Guerra llorados por sus familiares, con el Valle de
los Caídos como un lugar de enseñanza para no olvidar nunca lo que
fue aquel tiempo, con las posesiones de la familia-caso del Pazo de
Meirás- devueltas al pueblo-, sin honras a sus descendientes -como
ese vergonzoso ducado con grandeza de España que el Ministro de
Justicia del Partido Popular horas antes de cesar dejó atado y bien
atado en manos de la nieta del sátrapa-, y con el dictador lejos de
un espacio público donde ser alabado. Alemania, Argentina o Chile,
con feroces regímenes han sido mucho más valientes que nosotros y
años después de haber superado esos tiempos de horror han sabido
poner fin a ese tiempo de una manera firme.
Los tímidos pasos
dados por Zapatero fueron un esperanzador arranque en la creación de
una Ley de Memoria Histórica que se fue apagando poco a poco, ahora
el nuevo gobierno de Pedro Sánchez, acelerando con sus 84 diputados
en la consecución de mejoras en diferentes terrenos emponzoñados de
nuestra sociedad parece apostar firmemente por impulsar esta Ley con
unos objetivos mucho más ambiciosos. También en Galicia se está
trabajando mucho y bien por impulsar políticas públicas de memoria
histórica y así el pasado viernes en Pontevedra en una iniciativa
de la Concellería de Memoria Histórica, Luis Bará reunió a
representantes de concellos y diputaciones de cara a la creación de
una red gallega contra el olvido y la impunidad. Y mientras se dan
estos pasos en la dirección de normalizar el país asistimos a como
Pablo Casado, la gran esperanza blanca del Partido Popular califica
toda esta cuestión como el ‘monotema’, supongo que se referirá
a lo que le aburre que muchos ciudadanos no puedan poner unas flores
en una humilde tumba mientras hay quien puede ir al mausoleo del
dictador con el brazo en alto.
Publicado en Diario de Pontevedra/El Progreso de Lugo
foto EFE
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