Posee el carisma y la fuerza de los grandes de Hollywood. En cada papel que interpreta demuestra su versatilidad y la capacidad que distingue a los mejores para enfundarse esa piel prestada con que les permite vestirse un guión de cine. Siempre creíble, es capaz de transmitir con su mirada de ojos azules toda la honestidad de su interpretación, no recordando una sola de ellas en que me haya decepcionado, situándose muchas veces por encima de las propias películas. Ricardo Darín vuelve a las pantallas para trasladarnos de nuevo a su patria, a esa Argentina de la que se ha convertido en uno de sus mejores representantes. Sus historias, siempre pequeñas, siempre cercanas, son capaces de pellizcarnos el corazón, de arañarnos allí donde el cine se convierte en algo mágico, permitiéndonos disfrutar con su talento. Ese que ha desparramado a borbotones en ‘Nueve reinas’, ‘El hijo de la novia’, ‘Kamchatka’, ‘El baile de la Victoria ’ o ‘El secreto de sus ojos’ y desde este fin de semana en ‘Un cuento chino’. Solo ver el trailer de la película te llena de ganas de asistir a su proyección para encontrarte de nuevo con el actor. Un hombre corriente que entiende y honra su oficio, y que se ha convertido en la bandera de un magnífico cine como es el argentino, cuyo éxito reside en situar al ser humano como centro de su trabajo dentro de unas historias sinceras y poco pretenciosas.
Publicado en Diario de Pontevedra 18/06/2011
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