Rue Saint-Antoine nº 170
Pensamiento. El 18 de noviembre de
1965 el Ateneo de Pontevedra celebraba su sesión inaugural con la presencia del
escritor rumano Vintila Horia. Nacía así el primer Ateneo de Galicia con la
vocación de fomentar diferentes actividades culturales. Cincuenta años después
el Ateneo resiste en una sociedad muy diferente de aquella.
Conferencia de Vintila Horia en la sesión inaugural del Ateneo de Pontevedra (18-11-1965). Camilo Gómez |
Los años sesenta en Pontevedra no
fueron unos años cualquiera. La ciudad recuperaba el aliento tras las duras
décadas posteriores a la
Guerra Civil. Parecía querer así recuperar el tiempo perdido
a toda velocidad, enganchada a las piernas hercúleas de los jugadores del
Pontevedra c.f. pertenecientes a aquel Hai que roelo cuyo espíritu inundó la
ciudad, y no fueron pocos los cambios que se vivieron, tanto a nivel físico,
con nuevas arquitecturas o nuevas zonas de expansión urbanística, como a nivel
social o cultural. Pontevedra recuperaba a su periódico, Diario de Pontevedra,
en 1963 y nacían diferentes entidades culturales para dar respuesta a un ser
humano que había superado unos años siniestros y veía como poco a poco la
situación se iba relajando en pos del final definitivo del franquismo.
Ese ambiente y una serie de
personalidades fascinantes, con numerosos y diversos intereses culturales,
fueron los que propiciaron que se gestase el Ateneo de Pontevedra, puesto en
marcha por una Comisión Gestora. En palabras del propio Diario de Pontevedra
«diecisiete prestigiosas figuras de las artes, las ciencias y las letras,
radicadas en nuestra ciudad», fueron las que, tras constituirse en Comisión
Gestora, decidieron impulsar esta plataforma de pensamiento y difusión cultural.
Reunidos en los locales que se habían inaugurado recientemente por Pío
Cabanillas en las dependencias del Ministerio de Información y Turismo sus
nombres eran, Gonzalo Adrio Barreiro (abogado); Alfonso Buján (arquitecto),
Federico Cifuentes (Inspector de Enseñanza), Manuel Cuña Novás (poeta y
escritor), Luciano del Río (escritor), José Filgueira Valverde (alcalde y
director del Instituto Masculino), Marcelino Jiménez (director del Instituto
Femenino), Juan Manuel Lazcano (presidente del Cine Club), Eduardo López
(Delegado Provincial de Información y Turismo), Isidoro Millán (catedrático de
Instituto), Antonio Odriozola (Bibliotecario de la Misión Biológica ),
Manuel Suárez (Abogado y concejal), Manuel Sánchez (catedrático de Instituto),
Gonzalo Torrente Ballester (escritor, periodista y catedrático del Instituto
Femenino), Manuel Torres (pintor y presidente de la Asociación de Cultura y
Arte Santa Cecilia de Marín y Alfonso Zulueta (notario).
La noticia no pudo caer mejor en las
activas inquietudes culturales de muchos pontevedreses y la prensa acogía con
enorme satisfacción esta iniciativa que venía a reverdecer los viejos laureles
de una Pontevedra hegemónica en el ámbito de la cultura en Galicia, con sus
tertulias de afamados escritores, sus entidades sociales o unos personajes
convertidos en mitos.
Tras la puesta en marcha de esa
Comisión Gestora buscó darse a conocer y antes de sus primeras actividades
publicó en prensa cuales eran sus intenciones y propósitos: «El Ateneo quiere
ser de todos y para todos. No discrimina; antes bien aspira a reunir a la mayor
cantidad posible de contradictores. Quien dice Ateneo dice libertad de
discusión e independencia de criterio. Que nadie se sienta coartado por la
singularidad o la disconformidad de su propio pensamiento. El Ateneo no es un
redil, sino la casa de los hombres libres». Doce días después tenía lugar la
sesión inaugural que consistió en una conferencia a cargo del prestigioso
escritor rumano Vintila Horia acerca del tema ‘Lo sagrado y lo profano en la
novela contemporánea». La presentación corrió a cargo de Gonzalo Torrente
Ballester quien hizo alusión a la polémica creada por la retirada del premio
Goncourt tras unas declaraciones del escritor. El autor ferrolano, desempeñó un
papel protagonista en el Ateneo, ya no solo como integrante de esa comisión
gestora sino como catalizador de muchas de sus iniciativas y habitual
conferenciante, incluso tras su marcha de la ciudad a Estados Unidos. Así nos
encontramos a Gonzalo Torrente Ballester en 1968 impartiendo una conferencia en
los locales del Ateneo contando su experiencia norteamericana en una charla
titulada ‘América vista por otro europeo’.
Un año después esa Comisión Gestora
aprueba los estatutos y elige a su Junta Directiva, en la que sale elegido como
presidente Alfonso Zulueta de Haz y a partir de ahí cincuenta años de historia,
de alentar encuentros culturales del más diverso cariz y sobre todo apostando
por la diversidad de pensamiento. La cultura, esa planta siempre tan hermosa,
pero tan endeble para los que la cuidan siempre faltos de apoyo, se ha
mantenido con mayor o menor verdor hasta hoy. Todo un milagro que coloca en un
pedestal a todos los que han intervenido como jardineros en su cuidado siempre
desinteresado, siempre sin mayor afán que el de intentar que esta sociedad
nuestra sea los más respirable posible. Presidentes como Antonio Alonso, Juan
Vidal Fraga, Jesús Díaz Bustelo, Carlos Osorio, Antón Louro, Carlota Román o el
actual, Xaime Toxo, junto con quienes les apoyaron, son parte de esta historia
que ha sorteado infinidad de problemas y tiempos complicados para instalarse en
un día, el de hoy, lleno de dudas y preguntas por responder. Seguro que muchas
son parecidas a las que esos hombres de hace ya 50 años se plantearon para
crear el Ateneo de Pontevedra.
Publicado en Diario de Pontevedra 16/11/2015
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