Hace hoy 30 años Diario de Pontevedra publicaba esta información. Mucho mejor escrita de lo que solían hacer las agencias en aquellos años. Sirva de homenaje, no tanto a la Deanie de 'Esplendor en la hierba' como a aquella niña con la que John Wayne se redimió aprentándola contra su pecho tras años de búsqueda. Va por ti Debbie!!!!
Pareciera como si Natalie Wood hubiera querido dar a su vida el mismo final triste que protagonizó en sus dos mejores películas, ‘West side story’ y, sobre todo, ‘Esplendor en la hierba’. Natalie Wood (1938-1981) llegó a Hollywood de muy niña hablando a Santa Claus en el clásico navideño ‘Milagro en la calle 34’ , y permaneció en la cumbre hasta su muerte ayer, a los 43 años. Su propia vida podría muy bien haber sido el guión de una película: hija de inmigrantes rusos, conquistó Hollywood y se hizo famosa, se casó, se divorció y se volvió a casar al cabo del tiempo con su mismo primer marido. Natalie Wood y Robert Wagner vivían en el esplendor de Beverly Hills con sus dos hijos, parecían felices y contentos, acudían a fiestas, tenían dinero y era una de las parejas favoritas de norteamérica. Hasta ahí, la vida de Natalie Wood fue una historia de final feliz como ‘Milagro en la calle 34’ . Nadie podía imaginar que iba a terminar como María la puertorriqueña de ‘West side story’. «Nada puede ya devolver la hora del ‘esplendor en la hierba’ de la gloria en las flores. Pero no vamos a apesadumbrarnos, sino a encontrar fuerza en lo que queda detrás», dice en la lejanía la voz de Natalie Wood en la última escena de su mejor película, mientras la actriz, con una sonrisa amarga, se va del lugar donde vive su gran amor (...).
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