domingo, 5 de abril de 2020

Un limonero y un discurso



Rue Saint-Antoine nº 170
Poesía. La editorial Kalandraka renueva su apuesta por la poesía con la publicación de dos importantes y necesarios libros. Una selección de doce poemas de Antonio Machado, con ilustraciones de Pablo Auladell, y el famoso discurso pronunciado por Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo, Fuentevaqueros




 "Mataron a federico cuando la luz asomaba», escribió Antonio Machado en su poema ‘El crimen fue en Granada’. Dos de las cumbres de la poesía mundial se cruzaron en ese verso como ahora lo vuelven a hacer con la publicación por parte de la pontevedresa editorial Kalandraka de dos libros de esos que se pueden definir como imprescindibles en cualquier estantería, en cualquier alma. El primero de ellos una selección de doce poemas de Antonio Machado, sólo doce poemas, pero qué poemas. Doce alumbramientos a la luz de la razón y la sensibilidad, doce cánticos de humanidad entre el limonero de la infancia y esos cielos azules del final. Y por si fuera poca la importancia literaria de esos versos, todos ellos se sienten acompañados de su plasmación artística a través de las obras de Pablo Auladell. Ilustraciones de una emocionante calidad, capaces de condensar las palabras del poeta sevillano en un redescubrimiento por parte del ilustrador de la esencia del creador de ‘Soledades’. Una esencia que se concentra en esa infancia sevillana, en un patio, en una fuente, o en un limonero. En definitiva, en una infancia congelada en el tiempo que sólo la poesía es quien de descongelar desde el escalofrío en la piel.
Y ese estremecimiento aquí son doce poemas que nos llevan a un itinerario por el discurrir vital del poeta. ‘He andado muchos caminos’, ‘Pegasos, lindos pegasos’, ‘Recuerdo infantil’, ‘Las moscas’, ‘Guitarra del mesón’, ‘Parábolas’, ‘Proverbios y cantares’, ‘La saeta’, ‘A un olmo seco’, ‘La plaza tiene una torre’, ‘El crimen fue en Granada’, ‘Retrato’. Todos cumbres poéticas, todos retazos de una emoción incontenible que sólo la palabra mayúscula de un poeta mayúsculo es capaz de accionar. Sevilla, Soria, lo popular, todo ello converge en esta selección de poemas que son ese tránsito por la vida y que Kalandraka ha aproximado inteligentemente a la infancia, como parte esencial en la producción de esta editorial.
En pocos vates el peso de esa edad es tan contundente y se manifiesta de manera tan continuada. «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla», o ese último verso encontrado tras su muerte en su gabán, escrito en un papelillo: «Estos días azules y este sol de la infancia», son el rastro de una infancia a la que siempre estuvo pegado como debe hacerlo el poeta ante todo aquello que se considera auténtico, ante toda verdad que la vida dispone para su canto.
El segundo de los libros es la publicación en las cuatro lenguas del Estado del famoso discurso pronunciado por Federico García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo natal, FuenteVaqueros, en 1931. Aquellas palabras, tituladas ahora con su rotunda petición de ‘Medio pan y un libro’, es un cántico emocionado destinado a la cultura, y a la necesidad, sin duda vital, que el ser humano precisa de ese alimento, porque así lo entiende en poeta al afirmar que cuando la necesidad le obligue no pediría sólo pan: «Yo, si tuviera hambre y estuvera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro».
Todo el discurso es una fervorosa aclamación del valor y el sentido de la cultura, y aquí debemos entender el momento en el que fue pronunciado, en una España con un secular atraso que comenzaba a superar miserias colectivas desde la proclamación de la República, y en un intento febril, por parte de muchos, entre ellos el propio Lorca, por llevar la cultura a espacios de nuestra geografía con un gran atraso cultural bajo ese proyecto bien conocido de las ‘Misiones pedagógicas’. Pocos discursos podrán encontrar más emocionantes que el del granadino, palabras de quien conoce la importancia del saber como elemento regenerador del ser humano y como el mejor camino para alcanzar en la persona su mejor versión. Palabras que en su versión gallega proceden de la traducción realizada por Henrique Alvarellos, editor que sigue impulsando acciones a favor del conocimiento de la pegada gallega en el devenir lorquiano.
Antonio Machado y Federico García Lorca, dos genios universales a los que Kalandraka honra con las cuidadas ediciones que siempre salen de la factoría pontevedresa. Dos aproximaciones llenas de sensibilidad, de palabras e imágenes que traducen lo mejor de la cultura como canal de transmisión e incluso como esperanza ante un futuro siempre incierto.



Publicado en Diario de Pontevedra 29/03/2020

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