26 festejos, 60 orejas y ocho rabos son muchas orejas y muchos rabos para
ese número de festejos, pero Diego Ventura es así y el lisboeta no perdona
cuando sube a su montura. Ayer lo demostró en la plaza de Pontevedra, puesta a
sus pies desde el primer momento, con el vivo recuerdo del pasado año.
Antes que él, dos rejoneadores a años luz, Andy Cartagena y Sergio Galán,
habían sacado sus hermosas monturas a trotar sobre el albero. Espléndidos
animales, cada uno más bello que el anterior, pero en cuanto a rejoneo muy escaso.
Y entonces salió Diego Ventura y mando parar,
para decir aquí está el número uno, el que manda en el escalafón, y el
que no perdona que un toro muera sin que se le corten ambos apéndices.
Con su primero montó un lío de los gordos, rápidamente el público
comprendió que el caballo debe trotar muy cerca del toro y que los diferentes
castigos hay que colocarlos con precisión. Cabalgando a lomos de ‘Demonio’ un
caballo de capa baya, realizó varias suertes al quiebro llenas de emoción, para
posteriormente detener al toro tras una larga carrera a lo largo de las tablas
mientras el jinete saludaba a los tendidos. Las palmas echaban humo y los
pañuelos ya querían salir a flamear, el clamor fue a más con las banderillas
también al quiebro, dándole continuidad a las diferentes suertes otorgándole
mayor vistosidad que sus compañeros de tarde. Diego Ventura sabe además
enganchar al público con sus gestos llenos de rabia, pero también de una
ilusión y ganas de triunfo que en los demás no se hacía tan evidente. Seguía ajustando
el luso su montura a las defensas de ‘Culebrito’ (el toro más dinámico de la
tarde), para que el clamor fuera en aumento, con unos decibelios más por
aplicar cuando Diego Ventura colocó su codo entre los cuernos de ese toro
negro. Con la faena hecha y el público conquistado, un gran rejonazo hizo rodar
a un toro que otorgó de entrada el triunfo a Diego Ventura con dos orejas. Pero
el público quería más, tras los dos primeros toros esto era diferente, y el
flamear de pañuelos pedía el rabo, pero el presidente estuvo firme y aguantó,
esta vez sí.
Ese aguante no fue el mismo en las orejas cobradas por Andy
Cartagena, una a cada uno de sus oponentes, pero ambas muy justitas en cuanto
al mérito. Escandalosa la primera en tanto en cuanto el toro ya estaba siendo
arrastrado cuando el presidente concedió el trofeo. Pero es que el presidente
este año tarda mucho ante las peticiones del público y en esta ocasión al toro
casi lo tienen que ir a buscar al supermercado para cobrarle el trofeo.
‘Ben-Hur’ es el nombre de un caballo más guapo que Brad Pitt en ‘Thelma y
Louise’. Tordo rodado, ¡vaya planta tenía el jaco! Ayer fue su debut en una
plaza de toros y los nervios le jugaron una mala pasada al resbalar ante la
cara del toro y llevarse un susto morrocotudo.
Como resbalón fue el de Sergio Galán en Pontevedra, se quedó fuera de
completar la salida a hombros de la terna de rejoneadores, pero ayer el rejoneo
era cosa del líder del escalafón, de un hombre nacido en Lisboa llamado Diego
Ventura.
Toros de la ganadería San
Mateo y San Pelayo. Bien presentados y ofreciendo buen juego para los
rejoneadores.
▶ Andy Cartagena.
Metesaca y rejón (una oreja), rejonazo (oreja).
▶ Sergio Galán. Rejón
trasero y descabello (palmas), rejón y descabello (aplausos y vuelta al ruedo por su cuenta).
▶ Diego Ventura. rejonazo
(dos orejas),rejón y rejón (dos orejas) .
Publicado en Diario de Pontevedra 11/08/2013
Foto: Javier Cervera-Mercadillo
Foto: Javier Cervera-Mercadillo
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