AMOR, amistad, ilusión, sueños, emoción, entrega... todo lo que los
profetas de la Navidad
dicen que se encierra en lo que llaman su espíritu, muchos lo descubren
bombardeándose a mensajes, llenando las redes sociales de felicitaciones,
dedicándose los más almibarados deseos o abrazándose aunque no se soporten día
a día.
Mi refugio navideño, año tras año, sigue siendo la barra del Café de
Rick, un lugar en el que paso un par de horas en un ambiente en el que
reconozco, de manera sincera, todos esos ingredientes con los que las infinitas
casas comerciales se afanan por envolvernos durante estas fechas. No se habla
de ella como una película navideña, pero allí, en ‘Casablanca’, en aquel
inmarchitable universo cinematográfico en blanco y negro, esas palabras sí que
tienen sentido, reconfortándote con el ser humano, algo que, fuera del cine,
cada vez más es más difícil.
Entre Dous. Diario de Pontevedra 26/12/2013
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