mércores, 23 de maio de 2018

En la despedida de Philip Roth

Siempre resulta extraño cuando un creador, y sobre todo si este está en su cima, decide abandonar su trabajo. El paso del tiempo muchas veces nos sitúa ante complejas encrucijadas en las que debemos elegir un camino por el que continuar, aun a riesgo de equivocarnos. El escritor Philip Roth ha comunicado al mundo su decisión de plantar su escritura, de no volver a publicar nada que no hubiera ya escrito. Esta es la gran ventaja de un genio, el que sus obras serán un vínculo permanente entre él y sus lectores. Ellos sí que nunca le abandonarán.


Sus palabras en los últimos días han venido a sacudir el mundo literario. En ellas, Philip Roth, uno de los grandes de la literatura norteamericana y mundial ha anunciado su adiós, plantándose en ‘Némesis’ su última novela y mostrando su cansancio por una labor en la que nos ha dejado algunas de las novelas más importantes de las últimas décadas. El reciente ganador del Premio Príncipe de Asturias de las Letras ha hablado, a sus 79 años, del poco tiempo que le resta y la necesidad de tiempo para leer, tanto sus novelas favoritas como sus propias obras.
Adentrarse en el mundo de Philip Roth significa acceder a la gran literatura, aquella que bucea en el interior del ser humano, siempre desde una perspectiva cargada de escepticismo buscando escrutar en la conducta humana aquello que nos define, y que radica, sobremanera, en el egoísmo del individuo dentro de la comunidad.
Seleccionar una obra de la que hablar supone un ingente esfuerzo sobre todo a la hora de elegir un título. Obras emblemáticas del autor como ‘Pastoral americana’, ‘Elegía’ o ‘Patrimonio’ son auténticos monumentos literarios que bucean en la sociedad norteamericana como pocos autores han conseguido, también algunas de sus últimas obras merecen una especial consideración y son auténticas puertas abiertas a la hora de introducirse en el universo del que llaman el centauro de las letras: ‘Indignación’, ‘La humillación’ o la propia ‘Némesis’, pueden ser algunos de esos títulos.
Pero existe una obra de pocas páginas que permite recorrer esa geografía tan particular que nos propone siempre el escritor y hacerlo de una manera magistral por recoger muchas de las vertientes que definen a la totalidad de una obra siempre pendiente del ser humano. Me refiero a ‘El animal moribundo’, publicada en 2002, como esa novela que puede servir de manera inmejorable para el lector que pretenda adentrarse en su literatura. En ella un crítico cultural y profesor de Universidad acostumbra a acostarse con sus alumnas, al mismo tiempo que no busca establecer ningún tipo de relación que vaya más allá de una noche. Una barrera que el protagonista nunca supera hasta que aparece una mujer que rompe por completo esa distancia que establecía el profesor y sus conquistas entre el alumnado. Con más de sesenta años y transitando hacia el final de la vida el hombre ve cómo los celos y el temor a la pérdida abren una serie de caminos por los que nunca se atrevió a transitar.

A partir de este argumento Philip Roth establece un cuadrilátero entre sexo, muerte, egoísmo y sacrificio, como las cuerdas sobre las que rebotar la conducta humana y todo lo que va derivando en una relación a partir de esa lucha. La relación entre el profesor y ese inesperado tipo de mujer en que se convierte su última conquista permitirá que David Kepesh, que así es como se llama, descubra una nueva posición dentro de su ámbito social para lo que Philip Roth se vale de una intensidad en el lenguaje que te obliga a pensar en alguna de las frases que es capaz de crear. “Ese fue el verdadero comienzo de su dominio, el dominio en el que mi dominio la había iniciado. Soy el autor de su dominio de mí”, esta puede ser una de las muchas expresiones con las que el autor nos abruma e introduce de manera imparable en el interior del relato propuesto. Cada fragmento, cada párrafo, casi cada frase es una invitación para que reflexionemos sobre cómo el ser humano es capaz de actuar en la sociedad y ante aquellos que le rodean. Una asombrosa brújula para, desde la literatura, entender las motivaciones del ser humano. Philip Roth anuncia su marcha, algo difícil de creer, al estar ante alguien que en las últimas décadas ha escrito una obra por año. Lo cierto, es que con lo ya hecho, el autor americano ya se ha convertido en una de las cumbres de la literatura actual.

(Artículo publicado en Diario de Pontevedra el 12 de diciembre de 2012 tras conocerse la decisión del escritor de abandonar la literatura.)

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