La editorial Seix
Barral está conformando un nuevo ejército de autores y autoras que
anuncian un brillante futuro de las letras
SUBO A UN AVIÓN
destino a Barcelona. El primer lunes de febrero se ha instalado ya en
el calendario como el día de entrega del Premio Biblioteca Breve de
Novela. Una jornada siempre llena de emociones para cualquier lector,
por lo que tiene de poner en circulación un nuevo libro en la calle,
pero para el letraherido allí presente es como asistir a un enorme
sínodo de escritores donde te puedes encontrar tanto a Eduardo
Mendoza como a Enrique Vila-Matas, a Rosa Montero o a Agustín
Fernández Mallo, a Clara Usón, Luisa Castro, Fernando Aramburu,
Fernando Marías o Ignacio Martínez de Pisón, por citarles sólo
algunos y no seguir provocándoles una comprensible envidia. Pero
junto a ellos la editorial convocante del acto, Seix Barral, está
sabiendo armar todo un grupo de escritores que aportan esa savia
nueva que todo ecosistema necesita para renovar sus posibilidades y
hacer fuerte su crecimiento.
Así es como el año ha
empezado de una manera muy clara en esta dirección. Libros como los
de Juan Vico o Iván Repila, el que ayer mismo salía a la calle de
la gallega Alba Carballal o el inminente de María Sánchez, vienen a
poner nombres a este regeneracionismo tan saludable y que desde la
misma adjudicación del premio a alguien como Elvira Sastre, se debe
entender ya como un camino firme. ‘Días sin ti’ es la novela que
la brillante y reconocida poeta ha presentado al concurso y que tras
el fallo permitirá que una buena legión de sus seguidores poéticos
se lancen a un género por el que quizás no hayan transitado
demasiado. Un público más joven, muy activo en las redes sociales y
que ha encontrado en la palabra una manera de conectarse con el
mundo, más allá de las alienantes propuestas tecnológicas.
Pero la excursión al
Biblioteca Breve son muchas cosas más, siempre unidas al amor por la
literatura. Como ese libro que te acompaña desde bien temprano, en
la sala de espera del aeropuerto, en las horas de vuelo o en
instantes de un regreso plagado ya de abrazos y encuentros que se
fomentan en esa reunión comunitaria alrededor del mundo editorial.
Mi acompañante fue uno de esos textos de nuevos autores, aunque Juan
Vico lleva publicando libros desde el año 2012. Ni mucho menos es un
recién llegado. Su libro ‘El animal más triste’ hizo de su piel
la mía, y enseguida supe que estaba en buena compañía. Que los
fantasmas que se mueven entre sus protagonistas, son también los
míos y los de cualquier generación que se reúna para que el pasado
deje de ser eso y se convierta en parte de un presente, algo que,
normalmente, ya no necesita. Juan Vico estructura ese relato de
manera audaz y sorprendente, interrogándose a si mismo sobre la
propia estructura o posibilidades de la narración y del escritor.
Una constante reflexión sobre la capacidad de la ficción, no sólo
literaria sino también fílmica, para sintetizar o explicar lo que
somos. La ironía o la contundencia del sexo como dinamo de las
relaciones personales se agregan a esta revisión de nosotros mismos
que no cesa en plantearnos preguntas, pero sobre todo en dejar las
huellas sobre las que el lector puede situar sus propios pasos, para
sentirse en un libro que somos muchos de nosotros.
Publicado en Diario de Pontevedra 6/02/2019
Fotografía Toni Albir/Efe
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