Rue Saint-Antoine nº 170
Fotografía.
¿Cómo me miras? es la pregunta más apropiada para entender lo que
sostiene el discurso que hila la exposición ‘El lenguaje de la
mirada’ que, con fondos de su propia colección, nos presenta la
fundación RAC en la pontevedresa calle Sarmiento. Una aproximación
fotográfica a uno de los actos vitales más importantes: la mirada
El hecho de mirar. La
actitud de mirar. La sensación de mirar. La propuesta que surge de
la mirada. Y es que todo en esta exposición parte de esa acción
humana imprescindible para nuestra vida en común, así como para
relacionarnos con el entorno. Mirar, mirar y mirar es todo lo que se
explica a partir del trabajo de un conjunto de fotografías
pertenecientes a once creadores, nueve de ellos mujeres, con lo que
eso le aporta al tono general de la exposición, a una condición
propia de la mirada, siempre diferente si parte de un hombre o de una
mujer.
Pocos pueden dudar de
la experiencia comunicativa que desarrolla la mirada. Hay miradas que
no precisan de la consiguiente explicación vocal, sólo un cruce de
miradas es ya casi un discurso. Aquí estos once discursos son once
miradas a la condición humana, once reflexiones que nos aproximan a
lo que somos. En una primera mirada, de nuevo la mirada, en este caso
del espectador ante las obras, nos encontramos con la soledad, la
ausencia, la incomunicación, dudas, rastros, memoria... situaciones
íntimas que la mirada traduce hacia el exterior, que la mirada
conforma como parte de ese diálogo permanente que mantenemos entre
nosotros, pero también desde el yo más personal con el conjunto de
la sociedad. Recorrer esta exposición convierte a la fotografía en
un diapasón de nuestra realidad y de cómo nos vinculamos a ella. De
manera muy intensa en ocasiones, mientras otras, aunque formemos
parte de su esencia bastante alejados. Podemos estar pero no ser,
podemos ser piezas en su engranaje, pero nuestros actos, nuestras
decisiones y, finalmente, nuestra mirada puede hacernos renunciar a
esa situación colectiva.
Es en este punto en el
que la mirada del artista contemporáneo alcanza su mayor provecho
desde lo creativo. Tantas veces criticado por su ausencia de lo que
nos rodea, quizás la fotografía mantiene, como pocas disciplinas
artísticas, ese firme alambre por el que desfilar, el que une a
creador y sociedad para intentar explicar alguna de sus componentes.
Ese vínculo con lo físico, con lo reconocible visualmente, permite
que el artista haga su lectura partiendo de lo reconocible para el
espectador, de ahí su potencialidad sobre otras propuestas
artísticas, ciertamente mucho más complejas para el público
Teresa Hubbar y
Alexander Birchler, Aino Kannisto, San Samore, Rita Magalhaes, Marta
María Pérez Bravo, Eulalia Valldosera, Sarah Jones, Tracey Moffatt,
Susy Gómez, Eija-Lisa Ahtila y Beat Streuli son los once nombres que
nos presentan un trabajo que, partiendo de esa raíz común que
concede la mirada, se desarrollan por diferentes itinerarios más o
menos sugerentes para el espectador, que es quien, a partir de su
propia mirada, de su interacción con la obra, completa la propuesta
de la exposición. Teresa Hubbard y Alexander Birchler proponen
plasmar esa relación del ser humano con el entorno. Aino Kannisto se
adentra allí donde el pensamiento genera dudas y miedos, un lado
oscuro al que en ocasiones cuesta enfrentarse. Sam Samore gestiona la
privacidad en sus imágenes, mientras Rita Magalhães propone una
mirada pictoricista y la cubana Marta María Pérez Bravo convierte
su cuerpo en soporte de expresión y de creencias. Eulalia Valldosera
nos enfrenta a lo doméstico, al espacio íntimo, donde lo femenino
incorpora su presencia, o su ausencia. Sarah Jones trabaja la
incomunicación pese a la presencia de la figura humana. Tracey
Moffatt analiza las posibilidades de las imágenes que confluyen
desde el cine, el vídeo o la fotografía. Susy Gómez trabaja la
posición del sujeto ante lo contemporáneo y su identidad. Eija-Lisa
Ahtila nos plantea una historia, un relato a partir de la conexión
de varias imágenes, unas relacionadas con lo gestual, y otras con la
mirada que se vincula a la naturaleza y, finalmente, Beat Streuli,
trabaja el retrato en diferentes latitudes del mundo.
Ellas y ellos miran y
nos hacen mirar también a nosotros. Formamos parte de una red de
miradas a las que, lógicamente, el arte, como gestor de esas miradas
no puede sustraerse, de ahí que la apuesta desde la organización de
la muestra sea muy interesante por visibilizar ese rastro de miradas
que, diariamente, hacen de nuestro mundo un escenario artístico que
seduce a miles de fotógrafos.
Publicado en Diario de Pontevedra 10/06/2019
Fotografías: Rafa Fariña
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