HOY
Y MAÑANA, y cada fin de semana la vemos presentando el Telediario en la Primera
de Televisión Española. Una periodista, Lara Siscar, como tantos y tantos otros
del gremio en estado de alerta permanente, atenta a contar lo que sucede como
máxima irrenunciable. Si el periodismo es uno de los bienes máximos de nuestra
sociedad, esta condición se multiplica de manera exponencial en los días del
desasosiego que vivimos, con miedos y bulos golpeando a las puertas de nuestras
casas. Con mensajes apocalípticos y andanadas a la línea de flotación de un
gobierno en emergencia sin más interés que el del desgaste en beneficio propio
de la sigla, mientras el pueblo, doliente, contempla una vez más otra riña a
garrotazos en esta España que embiste más que piensa.
Lara
Siscar pasó por varios programas informativos antes de llegar al mostrador de
estos fines de semana donde la información es vida, así como suena. Información
veraz e iluminadora sobre los rincones oscuros en que se están convirtiendo las
horas que pasan. Desde aquí, desde el hogar, esas horas también pasan con un
ritmo muy diferente al que lo hacían apenas una semana antes. Necesitamos
distracciones y entretenimientos para la mente y así es como moviendo libros
aparece uno firmado por esta periodista que escribe. Uno de esos libros que
llegan y sin molestar esperan ese momento inesperado en que tus manos deciden
que es el suyo.
‘La
vigilante del Louvre’ es la primera novela de Lara Siscar, publicada en 2015, y
a la que le seguiría otra, también editada en Plaza y Janés, ‘Flores negras’,
en 2018, un relato sobre la violencia contra la mujer, desde lo físico, lo
verbal o lo sexual. Pero este azaroso momento era para ‘La vigilante del
Louvre’, para adentrarse en una novela que también es hacerlo en las salas del
famoso museo en el que trabaja su protagonista. Una historia de tres mujeres
contada de manera excitante, con frases cortas que obligan a moverte por el
texto con una gran agilidad, con numerosos detalles artísticos y con esas mujeres
que poco a poco van conquistándose a sí mismas, dentro de una ingeniosa
estructura de encuentros y desencuentros alrededor de cuadros y personas.
Este
libro no sólo nos aporta lo literario, sino también la experiencia del viaje,
el guiarnos por ese Museo gracias a las imágenes que logra convocar esta
periodista y escritora a través de cuyos ojos estos días vemos una compleja y
angustiosa realidad.
Publicado en Diario de Pontevedra 28/03/2020
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