Rue Saint-Antoine nº 170
Fotografía ▶
Hasta el próximo sábado en el espacio Nemonon y bajo el ‘Colectivo
AlNorte’, Cristina Brea, Paula Pez, Raquel Calviño y Rita
Ibarretxe nos proponen a través de sus cuatro miradas fotográficas
un planteamiento sobre el yo a través del alter ego. Un
desdoblamiento de la personalidad que nos permite el reconocimiento
de lo propio.
Pocas facetas más
necesarias y sugerentes en el mundo del arte como la capacidad para
conocer y reconocer lo que habita dentro del ser humano. La
posibilidad de generar imágenes allí donde todo semeja tan íntimo
como inabordable. Para ello son las armas que maneja cualquier
disciplina artística las que necesitamos realmente para ese proceso
de escruta de nuestro interior, para analizar y poner nombre a
aquello que nos define, pero también a todo aquello que gravita
alrededor de lo que nuestra mente empieza a propiciar.
Cristina Brea, Paula
Pez, Raquel Calviño y Rita Ibarretxe son fotógrafas y, a través de
su cámara reflexionan, agrupadas bajo el ‘Colectivo AlNorte’,
sobre el yo de cada una de ellas pero reinterpretado como un alter
ego. Una alteridad inspiradora, una alteridad que es motivo, una
máscara que oculta todo un interior precisamente para exhibirlo.
Reunidas nos convocan a cuatro maneras de representar (se), a cuatro
maneras de ver (se) y a hacer de ese se, el ser que habita en ellas.
Cristina Brea trabaja
desde la amnesia, desde esa oportunidad para ser otra persona, para
bucear en la pureza de lo que se reinicia como algo nuevo tras el
borrado de lo anterior. Sus planos cerrados del cuerpo humano
trabajan en lo angustioso, en las manos como grito silencioso de
gestos y formas que suscitan una enorme plasticidad desde unas
imágenes que evolucionan del blanco al negro a medida que nos
movemos por la sala y lo hacemos ante su obra, una obra de memoria,
de huecos que se cubren pero también de otros que desaparecen.
Paula Pez se mueve en
la ironía para convertir a su abuela en una protagonista de cómic.
Una superabuela como tantas que hicieron de su vida sacrificio sin
esperar nada a cambio. Era su actitud cívica ante la vida, ante un
destino desde el que sólo desde el compromiso se podían entender
sus hechos. Paula Pez fotografía esas posibilidades, esa presencia
mimetizada en otra persona que la representa en esta propuesta que
todavía puede llegar a más, incluso a ser una historia en un cómic
físico.
Raquel Calviño propone
a varias personas ante la cámara en un ambiente de una poderosa
escenografía en el que el tiempo y el abandono nos trasladan a las
incertezas del ser humano frente a la vida, frente a la capacidad de
acondicionarse tras el abandono de las personas y el amor como activo
de ese cambio. Personas que se enfrentan a la cámara sin artificios,
desprotegidas y poseedoras de una pureza fascinante.
Rita Ibarretxe lleva
ese yo al exterior, a un paisaje que nos lleva a no pensar. Una línea
del horizonte o una inmersión bajo el mar que colapsan nuestra
conexión con el resto de personas y nos conduce directamente a lo
que somos, al yo ajeno a otros pensamientos, a contaminaciones que
nos confunden frente a lo realmente importante como es nuestra
singularidad.
Un trabajo conjunto que
no discrimina ninguna de estas cuatro maneras de trabajar y que,
perfectamente repartidas en el espacio de Nemonon, tras un cuidado
estudio, no se entiende como un punto y final, sino como un proyecto
en común que seguirá creciendo tal y como crece el yo y la
personalidad de estas cuatro mujeres que desarrollan un interesante
trabajo fotográfico desde el que intentar entendernos.
Publicado en Diario de Pontevedra 23/04/2018
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