August Sander, Kike Ortega y Eminem. Tres maneras de acercarse al arte mediante
la fotografía,
la pintura y la música.
Tres islas flotando en el océano
de la creatividad que de manera milagrosa convergen en unas imágenes que se entrecruzan
para renovar la condición del arte como un camino de ideas e inspiraciones a lo
largo del tiempo
HA
SIDO LA Historia del Arte un constante ir y venir de imágenes, de inspiraciones
que han sobrepasado tiempos, movimientos, géneros y artistas para confluir en
obras posteriores. Caminos de ida y vuelta que no han dejado de servir de
aliento e impulso a unos artistas que han ido renovando ideas originales y
sumándolas a su causa, a su particular manera de descifrar la realidad a través
de su arte.
Desde
el comienzo de estos días del desasosiego, jornadas turbulentas que nos llevan
a hacer de nuestro encierro en nuestras casas un lugar abierto al mundo para
intentar mitigar aquella libertad de movimiento, aquella celebración de la vida
mediante la reunión con nuestros semejantes y la posibilidad de visitar
espacios de reuniones; pues desde ese día han sido muchas y variadas las
ventanas que hemos abierto para poder motivar la lectura de libros, el escuchar
diferentes músicas, o visitar variados centros culturales que las nuevas
tecnologías ponen a nuestra disposición.
La
propuesta de hoy es una exposición de fotografía del alemán August Sander
(1876-1964) que se puede visitar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta
el 17 de mayo. Y sí, digo visitar con todas las posibilidades de la palabra,
porque la página web de esa institución permite realizar un magnífico recorrido
por todos los espacios de la exposición siendo capaces de gozar de cada una de
las fotografías, de las poderosas imágenes de este fotógrafo, considerado como
el mejor retratista alemán de principios de siglo y cuya obra, fundamentalmente
basada en el retrato y la representación humana, posee una fuerte carga
documental que es lo que la dota de esa potencia que tienen todos esos
personajes que habitan sus fotografías como antes habitaron los ambientes de
los que proceden.
El
Círculo de Bellas Artes define la obra de August Sander como «un panóptico
sobre la condición humana, un registro acerca de las vicisitudes, las mentalidades
y los modos de organización social en la vida campesina y la metrópolis
moderna». ‘Fotografías de Gente del siglo XX’, es el título de la muestra en la
que el realismo y la psicología de las personas dotan a su obra de una enorme
trascendencia, no del todo conocida por el gran público, de ahí la importancia
de esta exposición.
Entre las fotografías más conocidas del alemán figura la de un joven
ataviado con un abrigo y un bombín, el pintor Anton Raderscheit. Una imagen que
en Pontevedra no es del todo desconocida ya que es como una marca de la casa de
uno de nuestros creadores, Kike Ortega, que la emplea como una seña de
identidad de su trabajo y que está presente en sus exposiciones, tanto como
parte de varias de su obra o como reclamo a sus exposiciones, como recordamos
en la muestra que exhibió durante unos meses en la plaza de España con una gran
lona en los antiguos bajos de Maquieira. Pero de ¿dónde procede este interés
por la obra de Sander? Pues de los tiempos de estudiante de arquitectura de
Kike Ortega, tiempos de mucho rotring y poco ordenador, en los que se hacía
necesaria la presencia de un modulador, un elemento para encontrar la relación
entre la escala y las proporciones, empleado por el propio Le Corbusier. Así es
como tras toparse con un catálogo del fotógrafo alemán aquella imagen de un
pintor por una solitaria calle era perfecta para esa tarea. Años más tarde, a
comienzos del año 2000, y ya dedicado en cuerpo y alma a la pintura, esa
figura, con un marcado color negro y con una mirada retadora, se instalaba en
su obra bautizado como Hamilton (por el pintor Richard Hamilton),
convirtiéndose en una presencia habitual de su obra, un elemento simbólico que,
acompañado por una pala alude al esfuerzo y, por lo tanto, al trabajo necesario
en la lucha diaria en el mundo del arte.
Comentaba
con Kike Ortega, a propósito de esta exposición imperdible en Madrid, la
importancia de esa figura en su obra y cómo las imágenes se van posicionando
unas sobre otras creando nuevas realidades a lo largo del tiempo, cuando Kike
Ortega me comenta: «¿No has visto la portada del nuevo disco de Eminem?
Enseguida me hace llegar la imagen y allí, sorprendido, veo a ese enterrador
con una vieja pala a su lado. Un ‘Hamilton rapero’ en una obra que no hace más
que preguntarnos sobre las encrucijadas del arte.
Publicado en Diario de Pontevedra 13/04/2020
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